Como mujer y miembro de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, me parece imprescindible hablar de la presencia de las mujeres en las mismas y de cómo aun hoy, a pesar de todo lo que hemos avanzado en Igualdad, no siempre el trabajo y la trayectoria profesional se desarrollan igual y con los mismos resultados en el caso de los hombres y de las mujeres.
Pertenezco a una generación que ya no ha tenido obstáculos
legales para acceder a dichos Cuerpos, empujada además por las políticas de
impulso de la presencia de la mujer en todos los ámbitos de la Administración,
y ya desde el proceso de formación éramos muchas y creo que además, en un
porcentaje igual al de los hombres con altas cualidades para dicho trabajo.
Pero una vez que sales al mundo exterior la realidad golpea, y en algunos ámbitos las mujeres acaban en puestos administrativos o más cómodos. La pregunta es, ¿Por qué? La firme creencia de que para ser Policía hay que ser un Superhéroe, con mucha fuerza, mucho cuerpo, mucho carácter, una voz fuerte.... características que pocas veces nos hacen pensar en una mujer Policía, y ello hace que pasen a un segundo plano. Este es el primer escalón.
Y entonces, empezando desde ese segundo plano, no todas las mujeres son capaces de hacer despegar su carrera profesional, bien porque no quieren, porque forman una familia y las dificultades para conciliar son patentes, o bien porque hay que pelear mucho para hacerse un sitio en la carrera vertical.
Por otra parte, el ascenso de nuestras mujeres Policías
muchas veces se paraliza por la formación de una familia o la llegada de los
hijos, pero no sé si de forma distinta a aquellas mujeres que trabajan en otros
sectores. Lo único cierto es que las pocas que continúan, se enfrentan a
prejuicios y barreras que provocan que se cuestione si merece la pena. A mí,
tras un ascenso y un traslado, dejando atrás a mi pareja e hijo, me preguntaron
si me iba a divorciar, y a ninguno de mis compañeros hombres, en la misma
situación que yo le hicieron la misma pregunta. Entonces, el problema está en
la sociedad, e implícitamente en la Organización también.
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